Mito 1: Hervir el agua siempre la hace segura para beber

Verdad: Hervir el agua puede matar bacterias y virus, pero no elimina contaminantes químicos como pesticidas y metales pesados. Para asegurar que el agua sea completamente segura, es necesario utilizar métodos adicionales de purificación.

Mito 2: El agua embotellada es siempre más segura que el agua de la llave

Verdad: El agua embotellada puede ser conveniente y una opción segura cuando no se dispone de otras fuentes confiables de agua. Sin embargo, no siempre es más segura que el agua de la llave. De hecho, muchas marcas de agua embotellada simplemente utilizan agua de la llave purificada. Es importante tener en cuenta que el agua embotellada puede contener microplásticos y otros contaminantes. Purificar el agua de la llave puede ser una opción más segura y ecológica.

Mito 3: Todos los sistemas de purificación de agua son iguales

Verdad: No todos los sistemas de purificación son iguales. Algunos son más efectivos que otros en la eliminación de diferentes tipos de contaminantes. Por ejemplo, los sistemas de ósmosis inversa son excelentes para reducir el nivel de sólidos disueltos totales y eliminar metales pesados, mientras que los de carbón activado son mejores para mejorar el sabor y eliminar el cloro. Por otro lado, también existen otras tecnologías para eliminar microorganismos como la nanofiltración, luz ultravioleta, nanofibras cerámicas con carga positiva, entre otras.

Mito 4: Beber mucha agua ayuda a desintoxicar tu cuerpo

Verdad: Si bien es cierto que el agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, beber excesivamente grandes cantidades no desintoxica más rápido y puede ser perjudicial, provocando una condición llamada hiponatremia, donde los niveles de sodio en la sangre se diluyen demasiado.

Mito 5: No necesitas purificar el agua si no sabe ni huele mal

Verdad: Si bien existen contaminantes que se pueden percibir, como el cloro que afecta el sabor y olor del agua, muchos otros no tienen sabor ni olor. Metales pesados como el plomo y el mercurio, productos químicos como los pesticidas, y microorganismos como bacterias y virus pueden estar presentes sin que se detecten a simple vista. Purificar el agua con el nivel de purificación adecuado es una forma efectiva de asegurarse de que está libre de estos contaminantes invisibles a la percepción humana.

Mito 6: Los purificadores de agua son más caros que el agua embotellada

Verdad: Aunque la inversión inicial en un purificador de agua puede parecer significativa, a largo plazo puede resultar mucho más económico que comprar agua embotellada regularmente. El costo de los repuestos del purificador es menor comparado con la compra continua de botellas de agua. Es importante realizar cálculos sobre tus gastos en agua embotellada para que puedas hacer un análisis más certero. Además, el uso de un purificador de agua es más ecológico, ya que reduce la cantidad de plástico desechado. Con el tiempo, los ahorros y los beneficios ambientales hacen que un purificador de agua sea una opción más rentable y sostenible.

Mito 7: El agua con minerales es la mejor opción para obtener minerales

Verdad: Aunque el agua mineral contiene algunos minerales beneficiosos, no es la única fuente de estos nutrientes. Una dieta equilibrada proporciona los minerales necesarios para la salud. Además, el exceso de ciertos minerales en el agua puede no ser adecuado para todos.

Mito 8: El agua de la llave no se puede purificar desde el hogar

Verdad: Aunque el agua de la llave puede contener contaminantes, con los métodos de purificación adecuados, puede convertirse en una fuente segura y saludable para el consumo. Los sistemas de purificación modernos, como los de ósmosis inversa, nanofibras, nanofiltración y de carbón activado, son altamente efectivos para eliminar contaminantes como metales pesados, bacterias, virus y productos químicos. Purificar el agua de la llave no solo es posible, sino que también es una opción práctica y económica para garantizar agua segura y confiable en tu hogar.

Mito 9: El Cloro es malo para la salud

El cloro es un desinfectante esencial en el tratamiento del agua potable, utilizado en plantas potabilizadoras para eliminar bacterias, virus y otros patógenos peligrosos, lo que hace que el agua sea segura para el consumo. Organizaciones como la EPA y la WHO han establecido rangos seguros de cloro en el agua potable, entre 0.2 y 4.0 partes por millón (ppm), para asegurar su efectividad sin riesgos para la salud. El cloro debe dosificarse únicamente por expertos, como las potabilizadoras de la red municipal. Aunque el cloro residual puede afectar el sabor y olor del agua, es indispensable para proteger el agua de microorganismos patógenos en su camino a tu hogar por las tuberías. Un purificador de carbón activado te ayudará a reducir los niveles de cloro y ofrecerte agua con mejor sabor y olor.

Conclusión